La madera maciza (o Mass Timber) está siendo aclamada como la solución al urgente problema de la sostenibilidad en la arquitectura: que los edificios representen casi el 40% del gasto energético global es un dato conocido. Pero la madera no es el único material renovable del mundo, y los arquitectos e ingenieros han comenzado a buscar en otros lugares posibles reemplazos del acero y el concreto. Una de las opciones que ha salido a la luz recientemente es el bambú laminado o de ingeniería, un material altamente sostenible y estructuralmente impresionante. A continuación, investigamos cómo se fabrica, cuáles son sus cualidades principales y cómo se compara con la madera.
Habitualmente llamado Laminated Bamboo Lumber o LBL, este material compuesto se considera como una alternativa estructural viable debido a las cualidades naturales del bambú. Con una tasa de crecimiento más rápida y un ciclo de cosecha más corto que la madera, se dice que los bosques de bambú presentan hasta cuatro veces la densidad de carbono por hectárea de los bosques de abetos. Además, generalmente el bambú crece en partes del mundo con recursos madereros más limitados, lo que lo convierte en una mejor opción para ciertas áreas que, en consecuencia, evitan los problemas del transporte de la madera y, por lo tanto, reducen sus costos y su uso energético.
Como material estructural, las propiedades del LBL varían según la forma en que se procesa. En general, el material está diseñado mediante la combinación de caña de bambú en bruto con un compuesto laminado. Sin embargo, existen tres métodos principales de fabricar el LBL. El primero utiliza trituradoras de rodillos para aplanar y suavizar el culmo hasta formar esteras más planas. Estas se apilan y se adhieren entre sí para crear un panel. Otro método procesa los tallos de bambú a través de una máquina divisora, creando hebras que luego se juntan y pegan, mientras que un tercer métido consiste en cortar cada culmo por la mitad, para luego aplanarlos y pegarlos. Todas estas opciones fueron probadas y comparadas en una investigación de 2011 para el Journal of Materials in Civil Engineering, concluyendo que el tercer métido es el más rentable y la opción más eficiente para aplicaciones estructurales. Esta conclusión deriva de la mayor estabilidad dimensional y resistencia flexional (o módulo de ruptura) del material resultante, aunque se consideraron varias propiedades diferentes.
En comparación con la madera, el bambú estructural es sorprendentemente fuerte, con una capacidad estructural hasta tres veces mayor que la madera común. A pesar de esto, siguen existiendo algunas preocupaciones sobre su resistencia, ya que se descompone más rápidamente que la madera si no es tratado con los conservantes adecuados.
Además, el costo del LBL puede variar mucho según su ubicación. Para áreas con bosques locales de bambú, los beneficios económicos son inmensos. Sin embargo, en lugares como los Estados Unidos, los costos de envío asociados con el transporte del bambú aumentan su costo hasta cuatro veces más que la madera convencional. Además, los beneficios de sostenibilidad disminuyen significativamente cuando se necesita mover grandes cargas de bambú por todo el mundo.
Si bien la literatura sobre el bambú estructural sigue siendo escasa, parece una alternativa prometedora frente los materiales de construcción convencionales, altamente contaminantes. Y aunque esperamos el surgimiento de nuevas y más investigaciones sobre el tema, los estudios existentes parecen sugerir que cuando se considera la ubicación, la producción y la preservación, el bambú laminado puede ser un fuerte contendiente para la madera maciza actualmente en desarrollo.
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